Desde siempre nos encargamos del restablecimiento del equilibrio. Lo hacemos no solo sin contrarrestar los normales procesos fisiológicos del organismo con el solo objetivo de eliminar los síntomas, sino enfrentándonos a las causas que están en la raíz y garantizando un alivio de las sintomatologías más comunes a través de un enfoque a 360°.
Nuestro enfoque, vuestro cuerpo
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Estómago y intestino
La alimentación y la digestión de los alimentos son fundamentales para una buena salud porque somos lo que comemos, pero sobre todo, lo que logramos absorber.
Una buena salud a largo plazo depende de una sana nutrición y de una adecuada digestión y asimilación; problemas gástricos y procesos digestivos incompletos conducen con el tiempo a diferente desórdenes crónicos (gastritis, reflujo, estreñimiento, meteorismo, episodios de diarrea), y enfermedades graves (alergias alimentarias, enfermedades de depósito de complejos inmunes, hígado sobrecargado con las toxinas, etc.). La función primaria del sistema gastrointestinal es digerir las moléculas complejas haciendo de este modo más biodisponibles los nutrientes procedentes de los alimentos que en su estado nativo no serían utilizables y no podrían ser absorbidas. Los problemas gástricos e intestinales son muy comunes.
La inflamación y las lesiones de la mucosa gastroduodenal, responsables de gastritis y Úlceras, afectan a un gran número de personas: alrededor del 70% de los adultos, con frecuencia, sufre acidez y el 50% de los mayores de 45 sufren de gastritis crónica; por otra parte, el 10% de la población, especialmente entre los 30 y los 50 años, padece los signos clínicos de una Úlcera péptica, simple o múltiple. La disbiosis intestinal es, por otro lado, el origen de los más variados problemas de salud, como la cándida, el desequilibrio del sistema inmunológico que puede conducir a enfermarse con frecuencia, a diversos trastornos intestinales, como intolerancia alimenticia, etc.